Hi families!

Hemos arrancado nuestra última semana con energía, ilusión y un poco de nostalgia por pensar en lo que echaremos de menos.

El sábado los estudiantes tuvieron el examen de speaking y todos salieron muy contentos, así que fuimos a celebrarlo. Por la tarde vimos Barbie en el cine, después merendamos juntos y luego contemplamos el espectáculo del dragón, que hicieron por el Arts Festival, en el centro de la ciudad, se trata de una enorme estructura de dragón que deambulaba por las calles mientras unos artistas bailaban y hacían acrobacias.

El domingo gozamos de un Cruise on the Corrib Princess, un fantástico paseo en barco que partía desde el centro de la ciudad y nos ofrecía una visita guiada por el precioso río Corrib y el lago hacía la ruta costera del Atlántico. Luego nos fuimos de compras y volvimos por la tarde a casa para aprovechar más tiempo con nuestras host families.

Esta última semana de clases es también bastante intensa, el jueves y viernes ya tienen la segunda y última parte de su examen, por lo que toca estudiar un poco más. Sin embargo, hemos querido aprovechar también al máximo las horas que nos quedan; el lunes fuimos a una espectacular playa de arena a tomar el sol, en la que pudimos apreciar unas magníficas vistas a la Bahía de Galway (queríamos disfrutar un poco las buenas temperaturas que nos hizo este día, ya que a partir del miércoles se esperan lluvias de nuevo).


Al día siguiente, visitamos la galería de arte del centro, nos embaucaron las grandes esculturas, maquetas y collages del gran David Mach. Y el miércoles fuimos a merendar juntos para celebrar mi cumpleaños, los estudiantes me sorprendieron con el anillo de Claddagh, típico irlandés, fue un regalazo que llevaré siempre conmigo. Todos estos días hemos conseguido contemplar cómo el arte, la cultura y los colores inundan cada rincón de esta maravillosa ciudad tan acogedora.

En definitiva, ha sido un viaje lleno de aventuras y experiencias, como habéis podido comprobar no hemos parado en estas cuatro semanas, volvemos con la maleta y el corazón cargados de aprendizajes y recuerdos inolvidables. Gracias por tanto, Galway.

María Campos (MONITORA)