Hoy Irlanda es sinónimo de desfiles, música tradicional, danza, teatro callejero y comida para celebrar el mayor festival de la Isla, San Patricio. Los condados salen a la calles, y el color de la esperanza trasciende fronteras; hoy el mundo se suma a lo que se ha llamado la #OlaVerde iluminando desde anoche los principales monumentos en un homenaje de luz a esta Isla y a sus habitantes, y los festivales en su honor recorren el planeta celebrando la memoria de un santo rodeado de mitos y leyendas.

Vibrante y mágica, esta isla de paisajes inspiradores y condados en los que parece que el tiempo ha llegado a un punto muerto, está hoy en presente en la memoria de todos nosotros.

El festival de Dublín, que dura cinco días, ha sido bautizado como «la madre de todos los festivales irlandeses«. Su centro histórico, celebra durante todo el día este macro evento, pero en realidad el día comienza a las 6 de la mañana en el Condado de Kerry, en Dingle, cuyo desfile es el más madrugador. A partir de ahí, la fiesta no tiene fin en la isla vikinga.

Tradición manda, y el verde se ha convertido en estandarte para este día; sin embargo esta práctica data del siglo XIX, y es que antiguamente el color que se asociaba al santo era el azul.

La fecha del 17 de marzo conmemora la muerte del Santo, en 491, en Saul, Condado de Down, lugar donde fundó su primera iglesia en un granero pequeño, y fue gracias a Luke Wadding, un franciscano irlandés, quien instauró este día para conmemorarlo.

El primer desfile de San Patricio se celebró en Boston en 1737, seguido del desfile oficial de Nueva York en 1766, y no en Irlanda como cabría esperar. Dublín tuvo que esperar hasta 1931, y desde esa fecha, todo es fiesta tal día como hoy.

Según cuenta la leyenda, San Patricio, el Apóstol de Irlanda, que no era irlandés sino galés o escocés, llegó a Irlanda del Norte en calidad de esclavo; consiguió escapar seis años después, pero tras una visión, regresó a la isla para no abandonarla jamás. Allí empezó a predicar e introdujo el cristianismo dentro de las distintas comunidades celtas sometidas a los druidas.

Su verdadero nombre era Maewyn Succat.

Dicen de él que ahuyentó las serpientes hasta el mar y que tiño de rojo el lago de Lough Derg con la sangre de la última; cuentan que explicó la Santísima Trinidad con un trébol, y desde entonces éste es el símbolo de la isla. Dicen de él que su historia habla de resistencia, de perseverancia y de fe.

En Midleton School nos sumamos a la fiesta y os deseamos que paséis, allá dónde os encontréis un fantástico St Patick´s Day.

Lá fhéile Pádraig sona dhaoibh!

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