¡Aquí estamos de nuevo en nuestros últimos días en Dublín!

La semana pasada parte del grupo se fue y, aunque fue un cambio grande para todos, no se nos han acabado las ganas de aprovechar esta experiencia y divertirnos, ¡y en ello estamos!

El sábado fuimos a Kilkenny e hicimos una visita guiada en su castillo. ¡Qué bonito y qué grande! Los chicos y chicas se quedaron sorprendidos con la cantidad de habitaciones en el castillo, las piezas originales que se conservaban en él y los grandes jardines de la residencia. Después pasamos la tarde en el pueblo paseando y visitando algunas tiendas. ¿Quedará algún Carroll’s donde no hayamos comprado algo?

El domingo fuimos al centro de nuevo para ver las zonas de la ciudad que no pudimos visitar la semana pasada. ¡Y volvimos al Temple bar! También vimos la estatua de Oscar Wilde y comimos en Bunsen, una de las mejores hamburgueserías de Dublín. ¿Y quedaba hueco para un helado de postre? ¡Por supuesto que sí!

El lunes fue día festivo así que nos tenían preparadas varias actividades y juegos en el colegio. Para empezar, no hubo que madrugar, lo que siempre se agradece, y al llegar al colegio a las once empezaron los juegos. Había cinco actividades diferentes y después de pasar por todas ellas… ¡Tocaba barbacoa! Algunos cogieron hamburguesa, otros perrito caliente, otros los dos… ¡Nadie se quedó con hambre!

Después de comer, el personal del colegio empezó a preparar una lona en el suelo con agua y champú para que resbalara. La idea era lanzarse sobre ella y resbalarse lo máximo posible. Para ver si había agua y jabón suficiente pidieron un voluntario y, ¿sabéis quién se animó? ¡Artyom! ¡Uno de nuestros chicos fue el valiente que estrenó el juego! Y por lo que sonreía, creo que le gustó la experiencia.

Pasamos la tarde entre juegos de agua. Había para todos los gustos: podías deslizarte en la lona con agua y champú, jugar con los globos de agua, coger cestos y llenarlos… Con la “guerra” que se desencadenó, creo que todos acabamos mojados (unos más que otros) pero, eso sí, con tanta emoción, ¡el lunes por la noche dormimos muy profundamente!

El martes las cosas volvieron a la normalidad en cuanto a las clases y las actividades. Tocó ir a EPIC o a Collins Barracks, según el grupo, y hoy la actividad (que harán todos juntos) será ir a la Jumpzone. ¡Otro día más que vamos a dormir “como bebés”!

El resto de la semana se presenta interesante también con una visita al museo de cera y un tour andando por la ciudad. El jueves, en lugar de la disco en el colegio, vamos a visitar Dun Laoghaire. ¡Una buena manera de cerrar la estancia de los que nos vamos el viernes!

Y es que ahora toca la parte más difícil: despedirse por este año de Dublín. Dos de los estudiantes se quedan una semana más con Iraide, así que tienen siete días aún para despedirse, pero para los tres que se vienen el viernes conmigo y para mí esta experiencia está llegando a su final y la verdad es que parece que fue ayer cuando llegamos. Todos hemos pasado unas semanas estupendas aquí y nos hemos divertido mucho. ¡Y sé que de aquí van a salir amistades duraderas!

La vuelta a casa puede parecer dura pero algo os tengo que advertir: ¡tienen unas ganas increíbles de comerse un huevo frito! De hecho, están pensando ya en todo lo que quieren comer cuando vuelvan a España, aunque primero nos tocará volver a acostumbrarnos a los horarios de las comidas…

Esto es todo por mi parte. ¡Muchas gracias por leerme estas tres semanas! ¡Ahora les toca a ellos contaros todo lo que hemos vivido y enseñaros las cientos de fotos que hemos hecho!

¡Hasta pronto!

Midleton School Blog